Marta Cabaleiro nace en O Porriño. Realiza sus estudios en Santiago de Compostela, donde también lleva a cabo el curso "Miradas Arredor da Arte Contemporánea" en el CGAC y un curso de fotografía. Su afición por la pintura le lleva a incorporarse en el 2002 al Estudio de BB.AA. Artal de Vigo donde comienza su vida profesional.

En el 2004 inicia sus estudios de cerámica en el Taller de Cerámica de Antón Román Vázquez de Gondomar. En el 2005 realiza sus primeras exposiciones, destacando "Maruxía", obra seleccionada en el I Certame de pintura "O mundo do mar", organizado por la Fundación Ámbito Cultural de El Corte Inglés, con motivo de la Volvo Ocean Race y expuesta en Vigo, Santiago de Compostela y A Coruña. En el 2007 es nuevamente seleccionada con la obra "A fraga enmeigada" en el II Certamen de pintura Arte Xoven Galega organizado por el Ámbito Cultural de El Corte Inglés, expuesta en Santiago de Compostela, A Coruña y Vigo. En el 2008 es preseleccionada en el II Certamen de pintura Arte Xoven Galega y seleccionada en el XIII Certamen Arte no Morrazo, Cangas.

En el 2009 es seleccionada en el XIV Certamen  Arte no Morrazo, Cangas; y finalista en el IV Certamen de pintura Arte Nova Galega. En el año 2010 es nuevamente seleccionada en el XV Certamen Arte no Morrazo, Cangas; y participa en la Open Art Fair, Utrecht, Holanda.

La obra acrílica de Marta Cabaleiro se caracteriza por su espontaneidad, llena de fantasía y en la que se mezclan sentimientos y sueños que prenden en una realidad plena de fuerza y colorido.

En la pintura de Marta Cabaleiro los objetos más próximos cobran vida en nueva génesis; las formas cotidianas se aíslan en amable combinatoria. En sus cuadros el juego, la elección arbitraria y azarosa del tema, la sintaxis caprichosa del sueño donde los objetos se unen porque sí, la sencillez cromática y la bondad primigenia de la infancia remiten a las vanguardias pictóricas del primer tercio del siglo XX.

La pintura parece querer ver el mundo desde el nuevo clasicismo de una vanguardia fusionada, donde la técnica puntillística es la más abundante, aunque no la única. En su universo artístico, la pintora de Porriño reconvierte los objetos en un segundo arte naif, renovado siempre con personalidad propia y gran originalidad.

Con esa óptica deliberadamente ingenua, nos va mostrando su esplendor colorista al tiempo que nos sitúa en la inocencia de un nuevo paraíso. En ese espacio, la pintora va creando los fondos, punto a punto, en variada gama de presión, de tamaño; las texturas, los contrastes cromáticos, a veces cercanos al fauvismo; los planos, las líneas, los empastes y las ondulaciones del pincel lúdico y libre.